Esta tarde como de costumbre estaba preparando algo de cenar al llegar del trabajo, justo cuando terminaba de cenar, sonó el timbre de la puerta y allí estaba ella, cuando la vi me alegre! Y dije: Hola! Como estas? Que te trae por acá…Enseguida la hice pasar y sentarse, se trataba de una conocida que aunque no hemos tenido todo el contacto del mundo tenemos buenas relaciones porque pertenece a la comunidad donde vivo, siempre la he visto como una chica muy sociable y agradable es de esas personas que te hablan con la verdad y no tienen caretas. La razón por la que llamaba a mi puerta era para pedirme que la inyectara porque últimamente había tenido muchos dolores, se sentía muy mal. Me llamo la atención “demacrada” que se veía pero más allá de su estado físico era su semblante, su actitud, lo que proyectaba no era lo mismo que siempre veía en ella. Pensé “seguramente es porque está enferma”, pero era más que eso… No me aguante y decidí preguntarle si había tenido mucho stress, ya que es la principal causa de muchos malestares. Asintió con la cabeza y dijo SI… he tenido muchos problemas, seguimos hablando desviándonos del tema la inyecte y algo me decía que aparte de la inyección, sentía muchas ganas de conversar… Y eso hicimos!, me conto que su marido le había sido infiel, que ella había dado todo por él, había hecho lo de la frase “ser una dama en la calle y una golfa en la cama”, que le cocinaba, le planchaba, cuidaba de su hijo, se preocupaba por verse bella, por vestirse bien, (y no es por alagarla pero es una mujer bastante atractiva). Era perfecta yo lo veo así… Y para mi sorpresa y seguramente la de ella, el hombre no solo le fue infiel sino “3 veces” con tres mujeres distintas entre ellas “su mejor amiga”. Aparte de esto se ha tenido que calar las llamadas de las “señoritas” que la molestan y la hostigan para que ella deje al Casanova.
Pero lo mejor de todo es la brillante idea de él para solucionar la situación (comprarla) y quizás no es mala idea, pero no lo es todo… Ella es más que eso y sabe muy bien que ni con todo el oro del mundo el va poder borrar las heridas emocionales que causo, y ella dice sentir mucha rabia, pero no es rabia es tristeza disfrazada de rabia. Esta corta pero sustancial conversación me hizo recordar un cuento que me recomendó un gran maestro de vida, el cuento se llama “el guardagujas” en donde el autor representa la importancia de vivir la vida sin trazar un rumbo, y se burla un poco del constante desosiego de la gente por saber que les espera o cual sera su ruta junto con los problemas del camino. Es un buen cuento para pensar que a veces hay que subir de nuevo al tren porque quizás estuvimos en la ruta equivocada por mucho tiempo, lo bueno es que mientras podamos abordarlo de nuevo siempre habrá una nueva estación.
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